La imagen de la Virgen de Covadonga nos recuerda y hace vivir lo que ella fue en la historia de salvación para Jesús y para sus discípulos de ayer y de hoy. La Santina es una imagen de María entrañada e inculturada en el pueblo asturiano por historia, por antigua tradición, por transmisión familiar, por experiencia religiosa personal. Arraigada profundamente en las gentes de esta tierra y constituye uno de los signos con más fuerza y poder de convocatoria de los que Asturias tiene.

Covadonga es un nombre que designa una realidad. Tal realidad atesora muchos significados. Covadonga está en Asturias. Su dimensión física se realiza en la evolución natural de esta tierra. Su dimensión histórica y cultural se integra en el avance milenario de esta sociedad. Es más, Covadonga ha dado origen a lo que ha sido y es Asturias. Desde este germen creció la España cristiana como muralla que detuvo y rechazó la invasión islámica. Por ello aquí se salvó Europa como universo de luz racional, libertad, humanismo y trascendencia. Por ello merece la pena acercarse y entrar con la mirada abierta en este lugar donde se funden naturaleza e historia, altura y profundidad, fuerza y belleza, intimidad recogida y proyección universal

¿Cómo se formó este paisaje? El cimiento geológico de Asturias presenta dos zonas diferenciadas. La primera sería la occidental, más primitiva, formada por rocas silíceas, que originan sus formas redondeadas y oscuras de severa belleza, y que dominan esa parte de nuestra región. En cambio la zona centro-oriental se ha formado en el periodo carbonífero. Por eso en ella dominan las rocas calizas, fácilmente erosionables. Aquí la orogénesis alpina ha levantado los Picos de Europa, en cuyo borde se abre el valle de Covadonga.

Así el monte Auseva, la sorprendente abertura de la Cueva, el chorrón que cae debajo de ella, son producto final de una acción erosiva, que arranca desde hace millones de años. El manto vegetal que los cubre combina especies supervivientes de las glaciaciones cuaternarias con otras que han venido tras la mejora climática del Neolítico. Éste trae la agricultura, la domesticación de animales y, al final, los metales, que permitirán la acción humana sobre el medio, lo que explica muchos aspectos del paisaje actual.

¿Por qué se llama Covadonga esa oquedad hundida rompiendo la pared de caliza gris que el monte lanza para apoyarse sobre el suelo? El nombre no es un brote ambiguo o un azar lingüístico, sino que nace de algo anterior a él, que está allí y que califica su cóncavo espacio. No es una vaguedad que genera confusión o ambigüedad. Es una presencia fuerte que impone una definición precisa. Además, mujer, y no sometida a ningún yugo, sino dominante desde ella misma. Eso dice el título latino: Cova Domínica o Cueva de la Señora. La evolución a través del uso abrevia con frecuencia las voces largas. Entonces domínica acabó en donga . Y resultó Covadonga. Acerquémonos a contemplar tan extraordinaria Señora.

Santuario de Covadonga

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